Las primeras lavadoras de botellas de Krones, lanzadas al mercado en 1974, se llamaban Contistella y Contiranta y eran relativamente pequeñas si las miramos desde una perspectiva actual. Las máquinas de entrada y salida por el mismo lado y las máquinas de un solo baño presentaban rendimientos de entre 5.000 y 30.000 botellas por hora. A modo de comparación: en la actualidad, nuestras máquinas más potentes pueden producir hasta 135.000 botellas por hora. En aquella época solo se lavaban botellas de vidrio, y así seguiría durante más de veinte años.
En 1974 Krones diversificó su negocio lanzando al mercado una llenadora y una lavadora en el plazo de un año. Hasta entonces, la compañía era conocida principalmente por sus etiquetadoras, siendo líder tecnológico patentado en este campo. Viaje en el tiempo con nosotros y conozca los hitos más importantes de la tecnología de lavado de Krones.
A la vanguardia del rociado con el tubo giratorio
Sin embargo, tuvieron que pasar algunos años antes de que Krones alcanzara el liderazgo en la tecnología de lavado. El hito con el que se consigue es todo un logro. Todo nace con un problema técnico que tenían prácticamente todas las máquinas lavadoras de la época: las botellas se sometían a varios baños de inmersión y a varios rociados con sosa cáustica y agua. Esto se sigue haciendo hoy en día también así. Lo malo era que las partículas de suciedad o los residuos de etiquetas disueltos en el líquido obstruían repetidamente las boquillas del sistema de rociado interno. Los fabricantes intentaban limpiar las boquillas durante la operación perforándolas, cepillándolas o aplicando otros métodos, pero ninguna solución convencía. Solo funciona realmente bien un tubo rociador giratorio, que es un método patentado. El tubo rociador giratorio tiene un efecto autolimpiante incorporado porque el líquido que fluye a través de las boquillas va cambiando de dirección debido a la rotación del tubo.
Matthias Wahl comenzó a trabajar en 1986 en el Departamento de patentes de Krones y recuerda: “Nadie en el mercado podía pasar por alto esta patente por aquel entonces. Sin esa solución, era difícil vender máquinas a precios razonables. También habíamos investigado a fondo. En aquella época no había nada digital. Viajamos a la oficina de patentes de Múnich para rebuscar sin mucho éxito en documentos antiguos que se remontaban al Imperio Alemán”.
La patente es el eje alrededor del cual todo gira
Con este panorama, Hermann Kronseder recibe una oferta de compra del fabricante de máquinas lavadoras Zierk de Flensburgo, en el norte de Alemania. Resulta que la empresa tenía una licencia para esa patente exacta. Fue una auténtica sensación, recuerda Wahl: “Recuerdo cuando el Sr. Kronseder entró en nuestra oficina con una hoja de papel en la mano y le dijo a Hansjörg Halbo, el que era entonces mi jefe: veamos qué tengo aquí. Compruebe por favor si esto es válido”. Y así, en 1988, Krones no solo se hizo con un nuevo centro de operaciones en el norte de Alemania, sino que también se catapultó a la Champions League de los fabricantes de lavadoras. A partir de ese momento, esta unidad de negocio despegó porque Krones dispondría de una solución extraordinariamente demandada en el mercado.
El hito: el tubo rociador giratorio
Las hileras de alvéolos con las botellas hacen girar un eje en el que se aloja el tubo rociador. Las boquillas dispuestas en cruz en el tubo rocían la botella primero desde un lado, luego verticalmente desde abajo y después desde el otro lado. Una vez cada dos botellas, la misma boquilla se enjuaga en sentido contrario, impidiendo así que se adhieran partículas sobre ella.
El reto del PET retornable
Poco después, en 1990, Coca-Cola introdujo en Alemania la primera botella de PET retornable. Lavar este tipo de botellas tiene lo suyo. Si se calientan a más de 60 grados Celsius durante mucho tiempo, se produce un efecto memoria en el PET y la botella se contrae y se encoge. En general, las botellas de PET sufren más por el proceso de lavado que sus homólogas de vidrio. El scuffing o las típicas marcas de roce que aparecen donde las botellas se tocan surgen mucho más rápidamente en el PET.
Krones también se hace esta pregunta: ¿Cuál es la mejor manera de lavar el PET retornable? Está claro que los baños con sosa cáustica caliente, habituales para el vidrio, no funcionarían. “Por aquel entonces, un empleado tuvo la legendaria idea de desarrollar un concepto completamente distinto para el PET”, recuerda Matthias Wahl. El resultado es una máquina lavadora que no tiene ni las conocidas hileras de alvéolos ni los baños de sosa cáustica caliente donde las botellas permanecen mucho tiempo. En su lugar, las botellas pasan por baños de inmersión moderadamente templados y son rociadas muy rápidamente siguiendo un patrón serpenteante en cuatro carriles.
En general, las botellas recorren una distancia mucho mayor en esta nueva máquina y, por tanto, pasan más tiempo dentro de ella. La temperatura, relativamente baja si comparamos con la lavadora de vidrio, se compensa prolongando el tiempo de exposición. De este modo, los envases sensibles son lavados a fondo, pero sin sufrir daños. Las botellas solo se sujetan por la cabeza por su anillo de soporte gracias a un mecanismo de bloqueo. Este evita que las botellas más livianas salgan disparadas hacia arriba o se salgan. Dado que las botellas de PET sufren mucho cuando rozan o chocan con otras botellas o superficies, estas son guiadas a través de la máquina siendo agarradas por el anillo de soporte casi sin contacto. También llegan a la entrada en cuatro vías separadas entre sí, sin presión de acumulación, para luego ser recogidas por arriba por los anillos de soporte.
La nueva máquina se llama Spiragrip y es un concepto sensacionalmente innovador, recuerda Wahl: “Cuando la presentamos en la feria de muestras de 1993, causamos un gran revuelo, como tantas otras veces en la historia de la empresa”. A pesar de su innovador enfoque, la Spiragrip no se convierte en un gran éxito, pero esto se debe a otra innovación que hoy es más relevante que nunca: el reciclado de PET. También Krones ha estado presente en este campo desde el principio y desde 2001 dispone de líneas de reciclaje de PET en el mercado. Hoy, por cierto, esta división se ha escindido como filial independiente y se llama Krones Recycling GmbH. Esto ha hecho que la botella de PET retornable pase a un segundo plano ante su versión liviana retornable.
Con enfoque en la sostenibilidad
En la tecnología de lavado, la innovación sigue siendo clave, a menudo con vistas a la sostenibilidad, especialmente en lo que respecta al ahorro de agua, productos químicos y energía. Por esta razón, Krones integró en 2016 la filtración permanente de sosa cáustica en la lavadora de botellas. Esto permite reducir la carga de suciedad y prolongar así la vida útil de la solución limpiadora. Y el equipo de tecnología de lavado ya está trabajando en nuevas revoluciones tecnológicas para el futuro, ¡así que permanezca atento!